Resulta muy difícil, por no decir imposible, controlar el acceso de nuestros hijos a Internet. De hecho, ellos saben mucho más que nosotros de tecnología y acceden a cualquiera de los servicios que ofrece la Red con enorme naturalidad y facilidad
LA OPINIÓN DEL EXPERTO
El problema no es tanto controlar su acceso como controlar el uso que hacen de ese acceso. Nosotros, en Adicciones Digitales, damos charlas en colegios e instituciones y lo que hacemos no es prevenir que los niños se conecten a Internet, algo por otra parte imposible, sino enseñar a sus padres a estar pendientes para que tengan las suficientes garantías de que sus hijos hacen un uso racional y razonable de la Red.
Es normal que un quinceañero se conecte al Messenger o al Tuenti, prácticamente todos los días, pero hay que evitar que esa conexión dure horas. Un rato no está mal. Por eso, en nuestras charlas lo primero que enseñamos a los padres es la diferencia entre uso, abuso y adicción a la tecnología. Algo sencillo de comprender.
Los chavales usan Internet cuando se conectan un rato para divertirse. Abusan si en vez de un rato están conectados varias horas, Y se hacen adictos de la tecnología si están siete horas siete días a la semana. Si lo trasladamos a la vida cotidiana, podemos decir que alguien hace uso del vino cuando se toma un vaso durante la comida, abusa de él si se toma siete botellas y es un adicto (un alcohólico, en este caso) si toma siete botellas todos los días.
La Red tiene muchas ventajas y muchos peligros. Hace unos meses escuchábamos atónitos que la hija de una concejal del PP en el ayuntamiento de Getafe había gastado más de 30.000 euros en descargarse una serie de televisión. No es la primera vez que lo oímos ni, desgraciadamente será la última.
Esto se habría evitado con un control responsable de la niña y sus actividades en la Red. Algo imposible de lograr si la adolescente tiene el ordenador en su habitación, porque no sabemos si a las cuatro de la madrugada estará....
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